Hoy tenemos un invitado en Invirtiendo en ti: Luca Sanminiatelli. Lector del libro y aficionado al blog, Luca comparte hoy algunas ideas de cómo podemos aplicar conceptos budistas para mejorar nuestro día a día. Dicho esto, os dejo en buenas manos 😉
En una conversación que tuvimos Alex y yo me comentó que a muchos lectores de Invirtiendo en ti les podía interesar la filosofía budista, especialmente cómo puede ayudarnos en nuestra vida diaria en momentos como los que estamos viviendo actualmente.
Comencemos diciendo que yo no soy un experto en Budismo ni un maestro budista. Mi interés por el Budismo comenzó a raíz de un libro que llegó a mis manos mientras estudiaba ingeniería industrial, “Adiestrar la Mente” del Dalai Lama. Desde hace cinco años tuve la fortuna de comenzar a practicar yoga en un centro en el que también se practica meditación budista, y gracias a la amplia biblioteca del centro comencé a leer diferentes libros y actualmente intento aplicar las enseñanzas budistas en mi vida. Por otro lado me apasiona la docencia y transmitir conceptos aparentemente complejos de una forma simple, así que eso es justamente lo que me propongo hacer. Mi objetivo es introducir las respuestas a una serie de preguntas y generar curiosidad al lector para que siga investigando por su cuenta y con los recursos que propongo al final del libro, en los que me he basado para escribir este artículo.
¿Cuál es la finalidad de la práctica budista?
¿Cuál es el origen de la insatisfacción mental y cómo disminuirla?
¿Qué tienen en común entre el método budista y el método científico?
¿Cómo puede el Budismo ayudarnos en nuestra vida cotidiana?
Por si quieres aprender más sobre el tema
¿Cuál es la finalidad de la práctica budista?
Es alcanzar un estado de felicidad duradera tanto para nosotros mismos como para los demás, liberándonos de los sufrimientos e insatisfacciones que nos persiguen continuamente. Para ello Buda explicó lo que se conoce como el Sutra de Las Cuatro Nobles Verdades, que encierra toda la filosofía budista y es el método para superar el sufrimiento y alcanzar los estados de felicidad superior. Las personas queremos alcanzar un estado de felicidad que permanezca inalterable a pesar de los cambios en las circunstancias externas, este estado se alcanzará cuando consigamos evitar todo sufrimiento (entendiendo sufrimiento como experiencias insatisfactorias en la vida). Con la primera Noble Verdad entendemos realmente qué es el sufrimiento al que Buda se refiere. La segunda Noble Verdad explica cuáles son las causas de dicho sufrimiento. La tercera enseña que hay un medio por el cual el sufrimiento se puede erradicar para siempre y la cuarta demuestra la manera de conseguirlo. La práctica budista enseña el camino para desarrollar la mente y alcanzar nuestra máxima plenitud como seres humanos, con el objetivo de alcanzar la Iluminación o el estado de Buda y beneficiar así a todos los seres.
¿Cuál es el origen de la insatisfacción mental y cómo disminuirla?
Cuando en el Budismo se habla de sufrimiento, se refiere a nuestras experiencias insatisfactorias. Ni siquiera la felicidad que experimentamos dura mucho tiempo, y esa situación es también insatisfactoria. Las causas de nuestros problemas no residen en nuestro entorno exterior, sino en nuestra propia mente y el verdadero origen de nuestra infelicidad son las emociones negativas. Estas emociones negativas o aflictivas se pueden agrupar en dos grandes grupos: las relacionadas con el odio, como el enfado o la ira, que son las que hacen que nuestra mente exagere las cualidades negativas de las personas o las situaciones en las que nuestra mente se enfoca; y las relacionadas con el aferramiento, que son las que hacen que nuestra mente exagere las cualidades positivas de las personas y las cosas y entonces se aferre a esas personas o cosas, convencida de que le van a aportar auténtica felicidad.
Pero existe una causa fundamental del sufrimiento, raíz de las emociones aflictivas, y esto es lo que en el Budismo se denomina como ignorancia. Esta ignorancia se refiere a percibir la realidad de forma errónea, es decir no percibir la realidad tal cual es, sino distorsionada. Consideramos que los objetos, personas y situaciones con las que nos relacionamos en nuestro día a día tienen determinadas características externas y objetivas y que todo el mundo las percibe de esa manera, cuando en realidad es nuestra mente la que está proyectando todas esas características a los objetos. Lo voy a explicar con un ejemplo: supongamos que somos unos grandes fans de los Beatles y vemos que en internet se subastan la baquetas que usó Ringo Starr en uno de sus conciertos más míticos, por un precio desorbitado y con un certificado de autenticidad probado. Conseguimos hacernos con las baquetas y cuando nos llegan a casa y las cogemos sentimos una gran emoción. Las dejamos en un lugar privilegiado del salón y las observamos maravillados, pensando en todo lo que representan para nosotros. Súbitamente nos suena el teléfono móvil, son las personas de la subasta que muy avergonzados nos comentan que ha habido una inexplicable equivocación y que esas baquetas no son las del famoso batería de los Beatles sino que son una réplica y que las verdaderas nos llegarán mañana. De repente la magia ha desaparecido y vemos las baquetas de nuestro salón de otra manera totalmente distinta, aunque nada haya cambiado realmente en dicho objeto. ¿Entonces qué ha cambiado? En nuestra mente estábamos proyectando unas cualidades sobre el objeto que no pertenecían intrínsecamente al mismo.
Ahora traslademos este ejemplo a cualquier objeto, persona o situación de nuestra vida: vemos nuestra casa y proyectamos todo lo que significa para nosotros nuestro hogar y nuestra familia. Vemos un lujoso coche y no solo vemos el objeto sino que proyectamos mentalmente características que nos evoca el coche: estatus social, lujo, progreso, su relación con el medio ambiente, etc. Y lo increíble es que pensamos que esas cualidades vienen de los objetos, cuando realmente es cada mente la que los percibe de una manera distinta. Si nos encontramos con una persona que nos desagrada inmediatamente proyectamos unas determinadas cualidades mentales sobre esa persona, y pueden surgir emociones como una ligera ira, celos o resentimiento. Si entonces alguien nos dice que esa persona está en una situación difícil porque está cuidando a un familiar suyo que padece una enfermedad, automáticamente nuestra mente cambia y pasamos a sentir una gran compasión, lo que nos evoca esa persona cambia completamente. Constantemente estamos atribuyendo a los objetos, personas y situaciones con las que nos relacionamos una serie de características que vienen de nosotros mismos, de nuestra mente, no son características intrínsecas de dichos objetos. Si algo nos desagrada exageramos sus cualidades negativas (favoreciendo todas las emociones relacionadas con el odio), y si algo nos agrada exageramos sus cualidades positivas (favoreciendo todas las emociones relacionadas con el aferramiento).
Para eliminar la insatisfacción mental debemos recorrer el camino budista, despertando el deseo de renunciar a las causas que generan las emociones aflictivas, desarrollando una mente compasiva y alcanzando la sabiduría que comprende la realidad tal como es. Ello exige una gran práctica meditativa y en nuestro día a día para transformar nuestra mente.
¿Qué tienen en común entre el método budista y el método científico?
Ambos se basan en la lógica y la investigación para determinar la naturaleza de los fenómenos, ambos desaconsejan la fe ciega y fomentan la libre indagación por parte de las personas y ambos buscan las causas que explican el funcionamiento de los objetos que estudian. La ciencia investiga las relaciones causa-efecto en el mundo físico, material, mientras que el Budismo los explora en relación a la mente. Gran parte de la sociedad occidental cree en el método científico como único modo para explicar la realidad. Cuando oímos “está demostrado por estudios científicos” o “está científicamente comprobado”, automáticamente lo consideramos como verdadero. Pero el método científico tiene limitaciones para explicar la naturaleza de la mente. La introspección no se considera parte del método científico debido a que es complejo disponer de las herramientas adecuadas para llevar a cabo los experimentos, ya que se requiere tener formación y conocimiento en el ámbito contemplativo y dominar las técnicas que permiten tranquilizar la mente hasta el punto de poder observar su naturaleza profunda. Es como si en Física alguien utilizara un voltímetro inestable y llegara a la conclusión de que es imposible medir la tensión de una corriente eléctrica.
El aprendizaje de las técnicas contemplativas exige mucha perseverancia. Aparte de la experiencia personal, ¿de qué otro medio disponemos para evaluar el conocimiento de los aspectos sutiles de la mente? La naturaleza de la conciencia no es cuantificable. No apoyarse en la experiencia personal equivaldría a negar a priori cualquier posibilidad de entrenamiento mental y limitar el campo del conocimiento al mundo material visible y mesurable. Ello equivaldría a decir que para existir un fenómeno deberá estar necesariamente al alcance de todos, en cualquier tiempo y lugar, y exclusivamente en el ámbito material. El método científico tiene dificultades para responder a preguntas como: ¿cómo puedo obtener una paz interior duradera?, ¿cómo puedo liberarme de todas las insatisfacciones mentales?, ¿cómo puedo desarrollar más amor hacia todos los seres y hacia mí mismo? o ¿cómo puedo entrenar la mente para llegar a esos resultados? Es un problema de metodología, desde el punto de vista científico una experiencia es válida si otros investigadores pueden reproducirla, dando por supuesto que todos disponen de los mismos medios de investigación. Si a alguien que nunca ha oído hablar de los Juegos Olímpicos le dijeran que un ser humano ha conseguido saltar dos metros cuarenta de altura pensaría que es imposible, pero como todos lo hemos podido ver por la televisión o en internet, nos lo creemos y razonamos que es fruto de unas condiciones físicas adecuadas y de un constante y adecuado entrenamiento. Pero cuando se trata de entrenamiento de la mente resulta mucho más difícil reconocer sus resultados y admitir que se pueda llegar a un grado de dominio de la mente tan excepcional. La mayor prueba que podemos tener es la observación de la serenidad y las cualidades obtenidas por las personas que practican el camino budista, y las experiencias que podemos tener nosotros mismos al llevarlo a cabo personalmente.
¿Es el Budismo una religión?
Para responder a la pregunta voy a citar textualmente un párrafo del libro El Buda, de André Migot: “Se ha discutido mucho si el Budismo es una religión o una filosofía, y la cuestión nunca se ha zanjado. Planteada en estos términos sólo tiene sentido para un occidental. Sólo en Occidente la filosofía es una simple rama del saber, como las matemáticas o la botánica, en la que una persona, por lo general un profesor, estudia durante su curso una doctrina determinada, pero al volver a casa vive exactamente igual que como su notario o su dentista, sin que la doctrina que enseña tenga la menor influencia sobre su comportamiento en la vida. Solo en Occidente la religión es, para la gran mayoría de los fieles, un pequeño compartimento que abren determinados días, a ciertas horas o en ciertas circunstancias muy concretas, pero que vuelven a cerrar cuidadosamente antes de actuar. Si bien en Oriente existen también profesores de filosofía, un filósofo es allí un maestro espiritual que vive su doctrina rodeado de discípulos deseosos de vivirla siguiendo su ejemplo. Su doctrina no es nunca pura curiosidad intelectual, solo tiene valor gracias a su realización. ¿De qué sirve seguir preguntándose si el Budismo es una filosofía o una religión? Es un camino, una vía de salvación que llevó a Buda a la Iluminación, es un método para conseguir la liberación mediante un trabajo mental y espiritual intenso”.
¿Cómo puede el Budismo ayudarnos en nuestra vida cotidiana?
Seguramente la persona que está leyendo este artículo se esté preguntando por dónde empezar o cómo compatibilizar estos beneficios que trae la práctica budista con nuestro estilo de vida actual, trabajando o estudiando y queriendo sacar tiempo de calidad para la familia, los amigos, el ocio y todos los elementos que conforman nuestras vidas. Es importante destacar que no es necesario considerarse budista para verse beneficiado por la práctica de estas enseñanzas. Mi recomendación personal es comenzar añadiendo la meditación a tus hábitos diarios. Hay mucha gente que piensa de forma errónea que meditar consiste en dejar la mente en blanco, pero nada más lejos de la realidad, la meditación es una práctica de entrenamiento mental.
En la práctica budista hay dos tipos generales de meditación: estabilizadora y analítica, la primera pretende desarrollar la concentración y la segunda desarrollar el conocimiento y la comprensión. Hay diversas técnicas de meditación, un ejemplo de meditación estabilizadora es centrar nuestra mente en la respiración y observar todas los pensamientos y sensaciones que se producen cuando respiramos, sin aferrarnos a ellos, calmando nuestra mente y liberando el ruido mental habitual. Ejemplos de meditaciones analíticas son las que nos ayudan a investigar las causas del enfado, la ira o el aferramiento.
Por lo tanto la meditación es una práctica clave en el camino budista, ya que además de serenar la mente y desarrollar la concentración, dispone la mente en un estado que favorece la comprensión profunda de las enseñanzas budistas. Como hemos visto nuestra mente condiciona todas la experiencias que tenemos en la vida, al construir buenos hábitos mentales a través de la meditación, nuestro comportamiento en la vida cotidiana va cambiando gradualmente. Nuestra ira disminuye, somos más capaces de tomar decisiones desde la serenidad, estamos menos inquietos y más satisfechos.
Si te interesa comenzar a meditar te recomiendo que busques algún centro de yoga o algún centro budista que cuente con un buen maestro cualificado que te enseñe. También hay buenos libros (te recomiendo algunos al final) y recursos online que pueden ser adecuados para comenzar la práctica meditativa. Una aplicación para el teléfono móvil que uso y que recomiendo es Headspace, fundada por un maestro budista y que es realmente adecuada para introducir el hábito de la meditación en nuestra vida cotidiana.
Por si quieres aprender más sobre el tema:
Si este artículo te ha gustado y quieres profundizar más en este apasionante mundo te dejo algunas referencias a libros imprescindibles y un curso gratuito excelente:
Cursos:
- Curso de Coursera «Buddhism and Modern Psychology» de la Universidad de Princeton (gratuito, 8 horas de vídeos en inglés con subtítulos en español). https://www.coursera.org/learn/science-of-meditation
Libros:
- Budismo para principiantes – Thubten Chodron
- El Monje y el Filósofo – Jean-François Revel y Matthieu Ricard
- Un acercamiento al sendero budista – Dalai Lama
- Fundamentos de la práctica budista – Dalai Lama
- Las Cuatro Verdades Nobles de Buda – Gueshe Tashi Tsering
- El Tallador del Diamante – Gueshe Michael Roach
- El Jardín. Una Parábola – Gueshe Michael Roach
- Samatha y Vipasana/Mindfulness y Mucho Más – Isidro Gordi
Además te aconsejo consultar la página de Ediciones Amara (ediciones-amara.net), editorial que publica libros de Budismo y meditación con el deseo de permitir el aprendizaje de la filosofía budista.
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